
El Plato Como Escenario: Cómo Diseñamos Cada Emplatado en Abarike
- Lara Roguez
- 13 sept
- 1 Min. de lectura
En Abarike no creemos en decorar por decorar. Cada emplatado es un pequeño escenario. Una puesta en escena donde cada elemento tiene un papel y cada gesto, un sentido.

1. El plato es parte del plato
Por eso diseñamos vajilla natural o elegimos piezas que aporten textura, color y contexto. Un pescado del Cantábrico no luce igual en una loza blanca que en una pieza de barro ahumado.
2. El centro es el producto
No hay flor comestible ni pincelada que valga si el protagonista no es claro. El producto manda. Todo lo demás lo acompaña, lo sostiene o lo realza.
3. Composición: equilibrio, ritmo, armonía
Jugamos con alturas, brillos, texturas y puntos de color. A veces lo importante es el silencio visual; otras, el contraste. Cada plato tiene su historia… y su forma de contarse.
4. Técnica invisible, pero presente
El emplatado no es el final. Es parte del lenguaje. Desde un pincelado de emulsión hasta un polvo de coral, todo está medido para despertar emoción sin distracción.
5. Temporalidad y narrativa
No emplatamos igual en invierno que en verano. Ni usamos la misma vajilla en una propuesta vegetal que en una de marisco. Todo cuenta.
Porque para nosotros, el plato no solo se come. Se contempla, se intuye, se vive.






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