
Por Qué Cocinamos Emociones (y No Solo Platos)
- Lara Roguez
- 29 jul
- 1 Min. de lectura
En Abarike no solo cocinamos con técnica, ni solo con producto. Cocinamos con emoción. Y no es una frase bonita: es una forma de estar en la cocina.

¿Qué significa cocinar emociones?
Significa que cada plato nace de una idea, un recuerdo, una intención. Que hay días en los que un caldo habla del mar en invierno, y otros en los que una crema templada de marisco busca abrazarte por dentro.
El ingrediente más importante es invisible
Puede que la merluza sea de primera. Que el escabeche tenga el punto exacto. Pero si no hay algo más —alma, intención, verdad— el plato no transmite. Y eso es lo que realmente queremos lograr: conmoverte.
Porque una buena comida no solo se saborea. Se recuerda.
El cliente olvida si el plato tenía tres o cinco elementos. Pero no olvida si le hizo sonreír, si le sorprendió, si le emocionó. En Abarike buscamos dejar una huella. Pequeña, pero duradera.
Cocinar emociones también es arriesgar
Hay platos que salen de lo convencional. Combinaciones que pueden desconcertar. Pero si lo que está detrás es sincero, siempre hay una historia que contar. Y ese riesgo es el que hace que la cocina esté viva.
Por eso Abarike no es solo un restaurante. Es una manera de sentir el Cantábrico, de interpretar la memoria y de transformar lo cotidiano en algo que te haga vibrar.






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