
Cómo Reconocer un Pescado Fresco (y por qué es tan importante)
- Lara Roguez
- hace 6 días
- 1 Min. de lectura
En Abarike trabajamos a diario con pescado del Cantábrico. Pero no todo el pescado que llega al mercado tiene la misma calidad ni el mismo origen. Saber distinguir un pescado fresco no solo mejora tu experiencia en casa: también es una forma de consumir de manera más consciente y responsable.

5 claves para reconocer un pescado realmente fresco:
Ojos brillantes y saltones
Si están hundidos o turbios, probablemente el pescado ya ha pasado sus mejores días.
Branquias rojas o rosadas
Deben tener un color vivo, no marrón ni grisáceo. Y oler a mar, nunca a amoníaco.
Piel tersa y escamas firmes
La piel debe estar húmeda, no seca. Las escamas bien adheridas, no sueltas ni opacas.
Carne firme al tacto
Si presionas ligeramente, la carne debe volver a su sitio. Si queda hundida, está perdiendo frescura.
Aroma limpio y natural
El buen pescado no huele a “pescado”. Huele a salitre, a algas, a puerto… a mar.

¿Por qué importa tanto esto?
Porque la frescura influye en el sabor, en la textura, en el valor nutricional… y en la sostenibilidad. Un pescado de proximidad y fresco necesita menos transporte, menos conservación artificial y apoya a los pescadores locales.
En Abarike trabajamos con proveedores que conocemos por su nombre, que pescan de forma responsable en la zona FAO 27.8, y que nos permiten hacer lo que más nos gusta: cocinar con honestidad.
Si alguna vez dudas, recuerda: un pescado fresco no necesita disfraces. Solo respeto y buena cocina.
Comments